Artículo destacado: La primera bailarina Bella Fan
La Revista Magnifissance es la principal revista bilingüe (en chino e inglés) en Francia y Canadá sobre el estilo de vida lujoso, y está dedicada a tender puentes entre Oriente y Occidente a través de un aprecio compartido por la belleza y la elegancia arraigadas en ambas tradiciones.
En esta edición, Magnifissance presenta a Bella Fan, primera bailarina de Shen Yun. Fan forma parte de Shen Yun desde 2016. En 2023, fue la ganadora del primer premio en la categoría femenina adulta del Concurso Internacional de Danza Clásica China de NTD de 2023. En 2018 obtuvo el tercer lugar en la misma competencia, en la categoría junior.
De Magnifissance’s: La Poesía de la Danza: Entrevista con la galardonada bailarina Bella Fan
Una encantadora melodía se eleva mientras una bailarina, vestida de púrpura y blanco, sube al escenario. La luz de la luna parece reflejarse cuando abre su abanico. Sus movimientos, a veces suaves y fluidos, otras enérgicos y controlados, la transforman en una erudita de la antigüedad. Sola y reflexiva, se pierde en su propio mundo.
"Niebla a la luz de la luna" es el nombre de la danza que Bella Fan coreografió para el 10o. Concurso Internacional de Danza Clásica China de NTD, que le valió el oro en la categoría femenina adulta.
Este año era la cuarta vez que Fan participaba en el prestigioso certamen neoyorquino. Cada viaje ha estado lleno de contratiempos y cansancio, pero también de la alegría y la satisfacción que dan la perseverancia y el trabajo duro. Estas experiencias han fortalecido a la joven, convirtiéndola en una artista consumada.
La danza que convirtió a Fan en ganadora del concurso de 2023 estaba inspirada en la "Canción del Hada de la Cueva: Festival del Medio Otoño de Sizhou", un poema del escritor Chao Buzhi de la dinastía Song. En el poema, el narrador admira la belleza de la luna en una noche brumosa antes de reflexionar sobre el sentido de la vida.
"Para este concurso me propuse retratar un personaje plenamente desarrollado que pasa por transformaciones significativas", dice Fan.
En su danza, encarna los conflictivos momentos de una antigua erudita china que pasa de una sensación de estar perdida en la vida a una dichosa experiencia de iluminación. Los sentimientos de pérdida, desánimo y soledad se superponen a la alegría, el optimismo y la tranquilidad. Con su cuerpo como pincel, el escenario como lienzo y la música como tinta, Fan retrata el espíritu y la determinación de la literatura antigua para crear una imagen poética propia.
A fin de transmitir las complejas emociones de la erudita y captar el cambio psicológico que atraviesa tras su epifanía, Fan requirió no solo de magníficas técnicas de danza, sino también de un profundo conocimiento de la historia y las tradiciones chinas. "Tengo una gran afinidad con la cultura de la dinastía Song, y suelo sumergirme en los poemas de ese periodo y ese género", dice.
La dinastía Song (960-1279) fue una época gloriosa para el arte chino, caracterizada por pinturas impecables, porcelana exquisita y poesía sofisticada. La literatura de la época transmitía valores confucianos, mientras que el arte era profundamente simple y cada sutil detalle tenía un significado importante. Esa estética limpia y elegante se ha mantenido como una fuente inmutable de inspiración, apreciada por incontables generaciones.
En general, las artes tradicionales chinas buscan transmitir emociones vívidas. Establecer una conexión directa entre la creación artística —ya sea una pintura, un poema, una danza o una composición musical— y el alma es lo que define la belleza de estas artes. Trascienden lo visual y permiten a los artistas expresar sus ideas intelectuales y entablar un diálogo filosófico con el espectador.
"Es por eso que la danza clásica china empieza en el corazón", dice Fan. "La bailarina debe alinearse primero con los sentimientos y valores que quiere comunicar antes de poder utilizar su cuerpo para transmitir las emociones internas del personaje".
Estética profunda
Las filosofías artísticas pueden expresarse mediante unas simples pinceladas o un elegante verso. En la danza, se transmiten a través del movimiento de un brazo o el ritmo de los pies del bailarín. El bailarín debe considerar cada movimiento para encontrar el medio de expresión más eficaz.
"Quiero que mi interpretación de cada personaje sea compleja y tridimensional. Quiero ser capaz de expresar cada uno de sus desarrollos emocionales y todos sus rasgos personales", dice Fan.
En "Niebla a la luz de la luna", los movimientos de la joven encarnan la suavidad, la ligereza y la tenaz rectitud de una virtuosa erudita. Al principio, sus pasos son gráciles pero solemnes, mientras su mirada busca respuestas a los problemas de su corazón en el cielo nocturno iluminado por la luna. Más tarde, envuelta en la bruma, tropieza. Tras una súbita revelación, sus pies se vuelven ligeros y alegres, y su expresión irradia alegría y tranquilidad. Con cada movimiento del brazo, cada giro, cada salto y cada cambio de expresión, Fan logra transmitir el viaje emocional interior del personaje.
"Cualquiera con experiencia en danza, especialmente los que han recibido formación profesional, sabe que los bailarines tratan de extender sus extremidades lo más que puedan. Es parecido a lo que hace un escritor con un rico vocabulario o un cantante con un amplio registro vocal. Esta extensión no solo añade elegancia y dinamismo, sino que también ofrece más espacio para la expresión, haciendo que la actuación sea más poderosa", afirma.
En los últimos años, Fan y sus compañeros de Shen Yun Performing Arts han estado estudiando la técnica conocida como shen dai shou, kua dai tui (el cuerpo dirige las manos, las caderas dirigen las piernas). Esta técnica, perdida hace mucho tiempo y ahora exclusiva de Shen Yun, representa la cúspide de las técnicas de danza clásica china y permite a los bailarines extender sus movimientos al máximo. Incluso las acciones más pequeñas, como el movimiento de las puntas de los dedos o de los pies, se originan en el centro del cuerpo, mientras que cada nervio desempeña un papel activo en la ejecución de cada pose.
No hay atajos para mejorar cómo bailar. Lo único que se puede hacer es bailar. A base de ensayo y error, Fan va encontrando poco a poco la sensación correcta e identifica sus errores. A partir de ahí, se enfoca en ajustar la forma en que aplica la fuerza mientras se esfuerza continuamente por mejorar.
Cumpliendo una misión
Para mantener su flexibilidad, resistencia y dominio de las técnicas, Fan debe someterse cada día a un entrenamiento intensivo, que incluye elongaciones e intensas repeticiones de técnicas de danza. Ha mantenido esta exigente rutina desde que hace diez años dejó su ciudad natal en Taiwán para unirse a Shen Yun, con sede en Nueva York.
El grupo de artes escénicas está formado actualmente por ocho compañías de tamaño similar, cada una de las cuales realiza más de cien funciones por temporada. Fan y sus compañeros suelen publican videoblogs en Internet en los que ofrecen un vistazo de sus vidas mientras están de gira por todo el mundo. Fan cuenta que, desde que empezó a bailar, el agotamiento, el dolor y el incesante entrenamiento la han llevado en ocasiones a plantearse renunciar.
"Cada vez que me pasa, me pregunto: '¿De verdad quieres dejar de bailar o simplemente quieres evitar el trabajo duro y las dificultades que te esperan? La respuesta es obvia, así que siempre elijo continuar", dice.
El nombre "Shen Yun" significa "la belleza de los seres divinos al danzar". Al ingresar a la compañía, Fan sintió que tenía la sagrada misión de compartir con el resto del mundo los cinco mil años de historia y cultura de China. Desde la antigüedad, el pueblo chino ha creído en la existencia de seres divinos y ha mostrado respeto por las leyes del Cielo. Esto se debe a que las enseñanzas confucianas, taoístas y budistas constituyen los cimientos de la cultura china.
Los antiguos eruditos chinos creían que el corazón era el lugar del yo interior. Solo a través de la superación personal y de elevadas virtudes morales podía una persona influir y cambiar positivamente a la sociedad. Del mismo modo, un bailarín que quiera dominar la incomparable técnica de shen dai shou, kua dai tui debe aprender a ejecutar cada movimiento desde el corazón.
Los artistas de Shen Yun son cultivadores de Falun Dafa, una práctica espiritual que enseña los principios de verdad, compasión y tolerancia. Fan y sus compañeros se esfuerzan por vivir según estos principios en su vida diaria, trabajando para mejorar tanto sus técnicas externas como su carácter interno. Esta búsqueda continua de la superación personal los motiva a perseverar en su arduo entrenamiento diario, lo que les permite exudar una pureza y elegancia excepcionales que pueden describirse verdaderamente como "la belleza de seres divinos al danzar".
"Nuestra misión es revivir y difundir la auténtica cultura tradicional china, lo que nos motiva a esforzarnos por mejorar y a autoexigirnos", afirma Fan.
Está contenta de formar parte de una misión tan grandiosa y noble que no solo le ha permitido crecer en múltiples aspectos, sino que también le ha aportado una gran satisfacción.
"Ser bailarina clásica china me ha hecho más segura, resiliente, paciente y perseverante. Me ha dado la oportunidad de comunicar mis emociones y pensamientos y de compartir la belleza del arte", afirma Fan.
Merece la pena atesorar su viaje poético.