Raptada por un ogro
“Si la vida te da limones, ¡haz limonada!” Pero, ¿y si no tienes agua y azúcar? Hay días en que no puedo evitar fruncir el ceño. Pero luego de ver los sufrimientos de los personajes en las historias de nuestras danzas, mi día limonado ya no parece tan amargo.
Desde que me sumé a Shen Yun, he actuado de varios plebeyos que pasaron por situaciones traumáticas. He sido hostigada por mafiosos, amenazada por tigres, sobrevivido tsunamis, avalanchas, ataques de meteoritos… de todo.
Por ejemplo, en Chang'e vuela hacia la Luna, representé a una pequeña niña que paseaba con su abuelo. De repente, ocho enormes pájaros se metamorfosearon en soles abrasadores que provocaron una ola de calor de 370 grados centígrados. Los pueblerinos se desesperaban por apaciguar el calor, pero cada vez se ponía más y más caliente. Arrastré a mi abuelo de la multitud, pero el anciano no pudo soportar el calor y se desmayó deshidratado.
Justo cuando se había perdido toda esperanza, la ex diosa de la luna Chang'e y su esposo mortal Houyi vinieron al rescate. Houyi estaba decidido a derribar los soles, entonces obtuvo un poderoso arco y comenzó a disparar. Pero cuando apuntó al último sol, Chang'e lo persuadió a que lo dejae en el cielo. Houyi nos salvó, y todos los pueblerinos—incluyendo a mi abuelo, que al final recuperó la conciencia—vivieron felices por siempre.
En 2011, representé a un mercader en El heroico Lu Zhishen. Estaba en un viaje de comercio con mi grupo de vendedores, cuando una pandilla de bandidos nos atacó sorpresivamente. Muertos de miedo, corrimos por nuestras vidas.
Luego nos topamos—literalmente—con Lu Zhishen. El monje aun estaba un poquito borracho; lo acababan de echar de su templo por consumir alcohol. Se dio vuelta y protestó con rabia, pero el golpe pareció devolverle algo de cordura. Cuando le suplicamos que nos proteja de los delincuentes aceptó felizmente. Por suerte, la lucha de puño era la especialidad de Lu, y este monje borracho venció a los rufianes sin que le cayera una gota de sudor.
La temporada pasada, me encontré con otro desastre más, adaptado de un episodio de la novela clásica Viaje al Oeste. Mi historia comenzó así:
Había una vez, en una tierra muy lejana, una pequeña aldea a orillas del Río Arenoso. Tristemente, este río era el hogar de un monstruo marino que comía hombres y solía hacerse festines con los aldeanos.
Un día, yo paseaba junto con otras niñas por la orilla del río. Yo saltaba felizmente, soplando mi colorido molinete, mientras mis amigas buscaban caracolas. De repente, la marea subió súbitamente, y desde el fondo del agua salió el ogro. Mostró sus dientes y gruñó (¿o era su estómago el que hacía ruido?). Antes de poder si quiera dar un paso, el bruto ogro me levantó y colgó de su hombro como una bolsa de papas, corrió de prisa hacia el río, y me sumergió en sus oscuras profundidades.
¿Qué fue de la pequeña del molinete? ¿Acaso la bestia la hizo engordar antes de cocinarla? ¿O se la devoró al instante?
Afortunadamente, hasta los monstruos come-hombres pueden ser bendecidos cuando cambian el corazón. Con la ayuda de la diosa, el ogro se convirtió en budista, y se sumó a Zhu Bajie y al Rey Mono para proteger al Monje Tang en su odisea por encontrar las sagradas escrituras. Yo, la pequeña niña, regresé con mi familia y amigos, mientras que el ogro, conocido como el Monje de Arena, se sumó al grupo de peregrinos budistas en su viaje.
¿Será ese el fin de mis pesadillas? ¿Qué dificultades tendré que enfrentar en esta nueva temporada?
Alison Chen
Bailarina principal de la Compañía Internacional de Shen Yun
05 de enero de 2014