CHICAGO TRIBUNE: ‘Shen Yun: La belleza de la cultura china’
POR GISELA OROZCO
Shen Yun, la compañía de artistas clásicos chinos, está cumpliendo una década de existencia con su misión de revivir la verdadera cultura de China inspirada en lo divino y compartirla con el mundo.
En su gira 2016, la tercera y última presentación de la compañía en Chicago tuvo lugar el 15 de marzo en Civic Opera.
En un espectáculo de más de dos horas, que incluyó dos actos y un intermedio, Shen Yun ofreció una muestra de su visión, que es enfatizar la inspiración divina de la cultura china.
Un espectáculo multimedia, Shen Yun -cuyo nombre puede traducirse como “la gracia divina” o “la gracia de los seres divinos danzando-,es un viaje por la historia, que intercala presente y pasado.
Danza, efectos escénicos,la música de una orquesta en vivo y la presentación de un tenor y una soprano, hacen del espectáculo un viaje por la historia de 5,000 años de esta civilización.
Este espectáculo no puede verse en China. La compañía, con sede en Nueva York, funciona de manera independiente del régimen chino, lo que hace que su espectáculo ofrezca en algunos pasajes, alusiones críticas al comunismo que rige en su país de origen, pero sin abundar en el tema.
Lo que hace Shen Yun es enfatizar la parte cultural y la fe que existía antes en China, y presentarle al espectador fábulas narradas con danza y música, que hablan sobre la filosofía, literatura y arte.
Los más de 80 artistas que participan en los espectáculos de la compañía forman parte de una elite de bailarines profesionales. Shen Yun no es un espectáculo de acróbatas o gimnastas, son bailarines que, en cada movimiento, buscan plasmar la belleza de su cultura.
Parte de la gracia de este espectáculo radica en los vestuarios,que son una muestra de las distintas dinastías, épocas y hasta clases sociales, desde emperadores hasta campesinos.
Cada año, Shen Yun crea un espectáculo nuevo que tiene como eje principal la espiritualidad y ser embajadores de una cultura que en su país ya ha desaparecido.
Valores como la lealtad, la bondad, la valentía, el amor, son expuestos en los distintos números del espectáculo.
También se habla de esa creencia en la armonía entre lo divino y lo terrenal, la creencia en un ser divino -un actor caracterizado como Buda aparece en varios números del espectáculo- y palpable, un sentimiento de nostalgia de parte de los artistas, de dolor por estar lejos de su patria.
Pero más allá de la religiosidad, lo que presenta Shen Yun es una muestra de la belleza del arte sin credo y de esa condición humana de darle respuesta a la incógnita de cuál es el propósito de la existencia humana.
25 de junio de 2011