El trompetista errante
EL EXTRAñO VIAJE DE ERIC ROBINS HACIA EL CARNEGIE HALL
El trompetista Eric Robins es el rey de las sillas musicales –nunca sabe a dónde lo llevará la música o en qué lugar se sentará luego.
La mayoría de las personas siguen lo que les dicta su corazón, pero Robins sigue a sus oídos. Cuando el deber llama, se transporta a tierras lejanas, desde México a Kazajistán y a China. Pero sea que esté en una playa de Florida o en un juego de fútbol americano de los Patriotas en Boston, su trompeta seguramente no estará lejos. Es su amigo de metal el que le abre nuevas puertas y le provee incontables oportunidades de explorar el mundo.
¿Su última misión? Unir la música clásica occidental con las melodías del antiguo Oriente en una gira por siete ciudades con la Orquesta Sinfónica de Shen Yun. A partir de fines de septiembre, Robins viajará con la sinfónica de costa a costa y el 5 de octubre se presentará en el Carnegie Hall.
La orquesta sinfónica forma parte de Shen Yun Performing Arts –la compañía artística cuya producción de música y danza convocó a una multitud en el Lincoln Center el pasado abril. Con base en Nueva York, la compañía presentó a la Orquesta Sinfónica de Shen Yun en el Carnegie Hall en octubre del año pasado. Se trata de la única orquesta que incluye instrumentos occidentales y chinos de manera permanente, presentando obras maestras clásicas y composiciones originales escritas en estilos tradicionales chinos. Este armonioso puente entre Oriente y Occidente está formado por un mosaico de músicos de todas partes, lo que convierte a Robins en el hombre indicado para el trabajo.
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De pequeño, Robins creció rodeado de música. Su madre tocaba el piano, su hermana tocaba el corno francés y su padre rasgaba una canción en la guitarra. Pero fue su abuelo quien le enseñó a soplar su primera trompeta. Cada semana, tomaba clases en el sótano de su abuelo, rodeado de las pinturas de su madre y del aroma del campo de Illinois.
“Siempre fue por diversión”, recuerda, “nunca fue una lucha”.
Robins siguió tocando durante la escuela secundaria, pero no pensó en convertirse en profesional sino hasta el último año. Trabajó repartiendo periódicos, en la cocina de un restaurante francés y uno italiano y, en un momento, pensó en trabajar en la State Farm Insurance, con sede en su hogar natal Normal, Illinois. Pero cuando vio los cubículos de 4x4 y la oficina sin ventanas, supo que ese trabajo no era para él.
Así que decidió afinar sus habilidades y convertirse en músico profesional. Luego se dio cuenta de que había emprendido el afortunado viaje de convertir un hobby en una carrera.
“Siempre hubo unas lucecitas guiándome, diciéndome que estaba en el camino correcto”, cuenta Robins. Veía a otros músicos inmersos por completo en lo que estaban haciendo y su dedicación lo inspiró. “Solo necesitaba seguir hasta encontrar una conexión profunda, una pasión profunda”.
Se graduó de la Universidad de Illinois con una licenciatura en música y luego ingresó en el Conservatorio de Nueva Inglaterra de Boston. Luego tocó con varias compañías, incluyendo la Orquesta Sinfónica de Boston y la Orquesta Sinfónica de Daegu, Corea. Su trabajo lo estaba llevando por el mundo.
El año pasado ingresó a Shen Yun Performing Arts para tocar en la orquesta que acompaña al espectáculo de danza, viajando por América del Norte y del Sur con más de 100 presentaciones. Este diciembre se unirá a la compañía en una gira por Asia y Australia.
Pero antes se reunirá con los otros trompetistas consagrados de Shen Yun, Kaspar Martig y Alexander Wilson, y con los cuatro directores de orquesta y los cerca de 100 músicos en la grandiosa Orquesta Sinfónica de Shen Yun. La sinfónica combina las cuatro orquestas que salen de gira y presentará las composiciones originales que se han convertido en favoritas del público –obras como Un sueño en Dunhuang, Bailando para los dioses, Copos de nieve reciben a la primavera y Creación.
“Me gustan las secciones con bronces, cuerdas, vientos, un intérprete de timbales al fondo, las salas de conciertos, el escenario”, cuenta Robins de su experiencia. “Hay tantas cosas mágicas”.
En estas obras, Robins usa su articulación y su dinámica para retratar diferentes personajes y estados de ánimo, y ocasionalmente se arriesga. “Aunque siempre dentro del marco”, ríe. Al practicar, se repite a sí mismo que “los principios son los mismos, pero los métodos pueden cambiar, y dentro de los métodos, puedo tener diferentes enfoques”.
Como profesional, los estándares son más altos y las responsabilidades son más pesadas. A veces, tocar la trompeta puede parecer mecánico y monótono, tocando nota tras nota, escala tras escala. Hay días de ensayos interminables en los que Robins se la pasa sentado en una silla plegable, con los labios sellados en huracanes de semicorcheas y los ojos persiguiendo fervientemente a la varita mágica del director de orquesta.
Pero le encanta tocar su trompeta. No se arrepiente, porque siempre encuentra la manera de hacer divertido su trabajo. Ni bien coloca la boquilla de plata en sus labios, una vibrante melodía ilumina toda la sala, permaneciendo en el aire antes de desvanecerse en las paredes. Cada nota que toca transmite una sutil confianza al público.
Ahora, mientras la Orquesta Sinfónica de Shen Yun se prepara para su primera gira, Robins se prepara para otra ronda de sillas musicales. Nuevamente, el trompetista errante no estará sentado por mucho tiempo, ya que en la mayoría de las ciudades la orquesta se presentará una única vez.