El fénix de Oriente
Chispas que vuelan. Plumas que chisporrotean. Llamas que estallan. Después de cinco siglos, una antigua ave se incendia con su propio fuego y se desintegra en cenizas. Todo queda quieto. Luego, un pequeño pico se asoma entre el manto de polvo y el fénix renace. Este es el fénix de Occidente –un símbolo de renovación y segundas oportunidades. Pero si viajamos al otro lado del mundo, a los esbeltos bosques de bambú y árboles wutong del Oriente, es un fénix diferente el que domina los cielos.
Lo que sabemos del fénix oriental, o fèng huáng (鳳凰), proviene del folklore antiguo y la mitología. Las leyendas alaban al fèng huáng por su capacidad para juzgar el carácter de una persona y bendecir a los honestos y amables. Algunas historias cuentan que el ave solo toca tierra cuando se puede encontrar algo precioso. Otras cuentan de su capacidad para transformarse en doncellas celestiales. Con milenios de historia bajo sus alas, el fèng huáng se ha convertido en símbolo de la cultura china.
Creación del cosmos
El fèng huáng es uno de los protagonistas de la cosmología china. Según el mito chino, después de que Pan Gu emergió del “huevo” del caos, otros cuatro seres lo siguieron en existencia. Ellos fueron el dragón, el qilin (una criatura con cuernos y pezuñas), la tortuga y el fèng huáng. Estas cuatro criaturas fantásticas, conocidas como los Cuatro Espíritus, unieron fuerzas con Pan Gu para crear al mundo.
Utilizaron sus poderes para formar los cinco elementos (metal, madera, agua, fuego y tierra), establecer las cinco estaciones (primavera, otoño, invierno, verano y verano tardío), y dividir el mundo en cinco regiones (norte, sur, este, oeste y centro). Cada uno tomó la responsabilidad de una de las cinco creaciones, y el fèng huáng comanda el fuego, el verano y el sur.
Algunas leyendas describen que el cuerpo del fèng huáng se corresponde con los cuerpos celestiales: su cabeza es el cielo, sus ojos son el sol, su lomo es la luna, sus patas son la Tierra y su cola, los planetas. Por eso el ave es considerada como una conexión entre nuestro mundo y los Cielos.
Características plumosas
El fèng huáng abunda en el arte chino: se los encuentra posados sobre los techos, posando en porcelana o volando por sedas. Los artistas suelen retratarlos como aves hermosas y femeninas parecidas a pavos reales o faisanes dorados. Además de ser bello a la vista, el brillante plumaje del fèng huáng está compuesto por los cinco colores fundamentales de la filosofía china –amarillo, blanco, rojo, negro y verde– que se corresponden con los cinco valores confucianos de benevolencia, deber, respeto, sabiduría y fe. Por lo tanto, incorporar al fèng huáng en una obra de arte tiene el propósito de honrar los valores tradicionales. Esto también distingue tanto al artista como al dueño de la obra como alguien íntegro y refinado.
Posado en la historia
En los primeros tiempos, el fèng huáng no se refería a una sola ave, sino a dos. Fèng era un ave macho y huáng era hembra. Juntos formaban una metáfora del símbolo del yin y yang, además de representar la solemne relación entre hombre y mujer.
Luego, fèng y huáng se combinaron en una sola ave femenina, que generalmente aparecía junto a un dragón masculino. Este es el fénix chino más reconocido hoy en día y el que ha inspirado a generaciones de chinos –particularmente a las mujeres. Humilde, leal, amable y correcto, el fèng huáng encarna las características que definen el ideal femenino tradicional. Dado que enfatiza la conexión entre la familia real y lo divino, el fèng huáng era también el emblema perfecto para la emperatriz y la pareja ideal del dragón, que simbolizaba al “Hijo del Cielo”, el emperador.
El motivo del fèng huáng y el dragón también es popular entre el pueblo. Al ser las criaturas más afortunadas, cuando se las retrata juntas, significan relaciones bendecidas, buena fortuna y fuerza perdurable. Los dichos sobre ambos animales abundan, y generalmente connotan suerte o habilidad. Por ejemplo, lóng fèng chéng xiáng (龍鳳呈祥) significa una prosperidad tan grande que debe haber sido enviada por un dragón y un fénix, mientras que rén zhōng lóng fèng (人中龍鳳) se refiere a alguien tan talentoso que se destaca entre la gente como si fuera un dragón o un fénix.
El fèng huáng no se altera fácilmente. Con su comportamiento tímido y sabiduría benevolente, el fèng huáng se retira en tiempos turbulentos y reaparece para escoltar la paz. Da bendiciones a quienes son suficientemente afortunados como para encontrarlo y anuncia eventos excepcionales. Apariciones del ave durante el nacimiento de un emperador, por ejemplo, significaba que el niño se convertiría en un rey virtuoso –la mayor bendición para un país. En la historia, el fèng huáng también ha anunciado la llegada de grandes sabios, indicando una era de moral y estabilidad.
A lo largo de las dinastías, el fèng huáng se ha mantenido como un símbolo de la virtud y la sabiduría. Y desde las fuerzas naturales que nos rodean, hasta los principios morales tradicionales y los Cielos, el fèng huáng nos conecta a todos como un símbolo perdurable de belleza, elegancia y divinidad.
19 de marzo de 2017