Crítica gastronómica de Asia
“¡Ustedes, los bailarines, son tan delgados! ¡Deben llevar una dieta muy estricta!” Sí, pero no tanto, en mi caso.
Gracias a mi deficiente sistema digestivo, me es casi imposible ganar peso –para envidia de muchos y para mi preocupación. Es aun más difícil ganar masa corporal cuando transpirar parece ser una de las principales actividades de mi día. Así que sí: aumentar de peso puede ser un gran dilema para los bailarines, en el sentido de que para algunos es tan difícil ganarlo como para otros perderlo.
Pero por pura bondad, decidí darle un buen uso a mi desventaja digestiva y hacer este blog sobre comida. Esto es para todos ustedes que están hambrientos por saber qué comemos los bailarines durante la gira.
Es un hecho, a donde sea que vayamos en la gira, los organizadores locales nos tratan muy bien, especialmente en lo que respecta a la comida. Detrás del escenario probamos platos caseros y patrocinados –curry tailandés, carne argentina, sushi.
Durante el viaje paramos en restaurantes chinos, parrillas mongolas, parrillas Hibachi y todo tipo de bufetes. Cuando no estamos en EE. UU., pasamos los pocos días libres vagando por las calles en busca de alguna gastronomía cultural. En resumen, solemos comer como reyes.
Y ahora, les mostraré algunas de las delicias destacadas de la última temporada directamente en sus monitores, ¿qué les parece?
1. Estofado
Dónde lo comimos:
San Francisco
Qué tiene:
Los ingredientes más comunes son carne cortada fina, puerco, rodajas de cordero y una variedad de vegetales. Pero se puede meter cualquier cosa comestible, desde calabaza a pulpos (no vivos) o fideos udon. Mi comida favorita para agregarle al agua hirviendo es el enoki (champignon de Straw) debido a su particular textura –suave y resbaladiza, pero también crocante.
Historia:
El estofado chino tiene una historia de más de 1.000 años, y se remonta a la Dinastía Tang (618-906). Durante la Dinastía Qing (1644-1911), el estofado se volvió popular en toda China, incluso en la corte imperial de la Ciudad Prohibida.
Hay distintos estofados en las distintas regiones. Al igual que casi toda la comida de Szechuan, el estofado de Chongqing tiene una sopa tan picante que entumece la lengua. El estofado manchú del noreste usa un montón de chucrut (suancai).
En las regiones frías, el estofado calienta el alma en invierno. En el sofocante verano sureño, un buen estofado tiene el mismo efecto limpiador que un sauna.
Qué gusto tiene:
Como dice el primer bailarín Rocky Liao: “Tiene el gusto de la magia de los chinos”.
2. Takoyaki
Dónde lo comimos:
Nagoya, Japón, de un puesto de takoyaki ubicado frente a nuestro hotel.
Qué tiene:
Pulpo en trozos, pedacitos de tempura, jengibre encurtido y cebolla de verdeo, todo con un rebozado cremoso y untado con salsa de takoyaki o mayonesa. Generalmente se le espolvorean algas verdes y virutas de bonito seco.
Historia:
Muchos aspectos de la cultura japonesa, incluyendo la ropa (kimonos), arquitectura (templos de madera) e incluso la comida están inspirados en la Dinastía Tang de China. Las misiones imperiales japonesas los llevaron del Reino Central a la Tierra del Sol Naciente. La Dinastía Tang es considerada la edad de oro de China y, como si fuera una cápsula del tiempo, Japón preservó durante mil años mucho de la auténtica cultura Tang, mientras que China atravesó cambios de dinastías y mucho caos en el último siglo.
Al igual que el animé, los Tamagotchis y el tren bala, el takoyaki no proviene de la Dinastía Tang. Takoyaki literalmente significa ‘pulpo asado’, y lo inventó en 1935 un vendedor callejero de Osaka llamado Tomekichi Endo. Hoy en día, el takoyaki es muy popular en todo Japón.
Qué gusto tiene:
Los primeros estaban duros, sabrosos y quemaban la lengua de lo caliente que estaban. Pero me costó terminarme los ocho que traía la caja, ya que las bolitas se enfriaron y el rebozado grasoso se volvió repetitivo. La próxima vez, voy a compartir.
3. Beondegi (Si eres valiente, haz click en la imagen para ver qué es)
Dónde lo comimos:
En las calles de Busan, Corea.
Qué tiene:
Crisálida de gusano de seda disecada, hervida o al vapor, y condimentada.
Historia:
Realmente no la conozco. Ni quiero conocerla.
Qué gusto tiene:
Para ponerlo de una forma culturalmente sensible: ¡la cosa más asquerosa que existe! A uno de nuestros bailarines realmente le gusta este popular tentempié coreano y tuvo las agallas para comprar un vaso. Probé uno porque sabía que si no lo hacía, me arrepentiría. Resulta que me equivoqué.
No entiendo cómo la gente puede volverse adicta a mordisquear gusanitos bebés. Y si el contenido no es lo suficientemente malo, todavía queda el olor –ese olorcillo rancio y acre en la calle que se siente antes de que te acerques al puesto. Y si el olor no es suficiente, están las pilas de cuerpitos marrones, gorditos, arrugados y segmentados. Y si eso todavía no es suficiente, masticar uno me dio escalofríos. Y luego queda el sabor de boca, que golpea más fuerte que todas las otras sensaciones juntas…
Tuve que tragar algo más para lograr que desapareciera. Desde entonces, se me revuelve el estómago cada vez que huelo los Beondegi en la calle. Pero me imagino que ese es el punto con estas larvas extrañas y repugnantes –las amas o las odias.
4. Parrillada coreana
Dónde la comimos:
California. Y Corea.
Qué tiene:
Los ingredientes son casi los mismos que se pueden usar para el estofado, excepto que la mayoría de las carnes son más gruesas, están marinadas y se las asa sobre carbón en vez de hervirlas en una olla. A veces se colocan batatas junto al carbón. Aparte del plato principal de la parrilla, las guarniciones de kimchi, ensalada, ajo y fideos son realmente apetitosos. Desafortunadamente, mis favoritos, los hongos enoki, no quedan tan bien asados como cuando se los hierve.
Historia:
La carne más típica de las que se cocinan en la parrilla es el bife marinado al estilo coreano, el bulgolgi. Viendo que en un país tan pequeño se consumen tantas vacas, me pregunté de dónde provienen estas, así que investigué un poco. Aunque más del 50% de la carne en Corea se importa de Australia, los coreanos se enorgullecen de su carne coreana alimentada con pasto, llamada Hanwoo, que es más escasa y, por lo tanto, más cara. Esta se ha convertido en un ícono cultural y se consume en festividades especiales o incluso se usa como regalo.
Qué gusto tiene:
Satisfacción. Mi mamá siempre me decía que no jugara con la comida, pero con la parrillada coreana hay una alegría casi infantil al cortar, preparar y cocinar la carne uno mismo, jugar con los pedacitos de pimientos y ver a los pedazos de carne pasar de rojo a marrón delante de tus ojos. Al igual que con el estofado, esto suma un nivel de disfrute y socialización.
Si todavía no babeaste tu teclado, ¡espera a que te cuente de Taiwán! ¡Todavía puedo oler el “tofu apestoso”! Ya que hay demasiada buena comida en los mercados nocturnos como para que entre en un solo blog, Taiwán tendrá el suyo aparte. Así que hasta la próxima, ¡bon appétit!
Ben Chen
Bailarín de la Compañía de Gira de Shen Yun. Escribe con acento británico.
23 de junio de 2012