Impresiones de Buenos Aires
"Número trece por favor, con ensalada… y coke". En mi torpe español, pido el combo número 13 en un restaurante ubicado en una de las desbordantes calles de Buenos Aires. La comida consiste en 'bife de chorizo', acompañado con ensalada y un vaso de Coca.
El cajero me entiende y ordena mi combo. A los pocos minutos, llega mi comida. El filete es exquisito, y disfruto de cada jugoso bocado. Una comida de este calibre podría perfectamente ser la especialidad de cualquier restaurante de buen nivel en Manhattan, costando un Ben Franklin, o por lo menos, algunos Andrew Jacksons. Pero aquí, solo cuesta 50 pesos -unos U$10- y lo que para mí es una oferta increíble por una comida de lujo, en realidad es algo común y corriente para el porteño promedio. Después de todo, hay media docena de estos restaurantes con parrilla solo en esta calle.
Termino mi almuerzo y decido tomar un café antes de seguir explorando la ciudad, así que camino unas cuadras y me dirijo, entre todos los lugares, al Starbucks a comprar un Frappuccino.
… Sí, ya sé… pero estoy haciendo un experimento: quiero comprobar cómo le va al icónico café norteamericano en Argentina.
Quizás sea el efecto de la emoción al estar en un rincón del mundo desconocido, pero el café parece tener un sabor más rico, cremoso y de alguna manera más sofisticado que su equivalente norteamericano. Así que, armado con mi Venti, continúo explorando las calles de Buenos Aires.
Al recorrer las calles, es fácil olvidar que uno está en una ciudad sudamericana, ya que el estilo de muchos edificios proviene de Europa. Anchos bulevares atraviesan las cuadras con edificios densamente abarrotados en una manera de recuerda a París, mientras que las esculturas y los acentos arquitectónicos clásicos acentúan los toques de Roma. Qué lástima que estemos aquí solo por unos pocos días. Me encantaría volver a actuar aquí, y explorar los matices de una de las principales ciudades de Sudamérica.
Ming Liu
Bailarín en la Compañía Internacional de Shen Yun
20 de enero de 2013