A la moda de Manchuria
¿Tienes lo necesario para ser una elegante princesa de Manchuria?
Durante más de cinco mil años, las dinastías de China fueron y vinieron. Algunas sobrevivieron un par de siglos mientras que otras solo duraron poco más de una década. Pero como se dice, “fuera lo viejo y adelante lo nuevo” —cada cambio en la marea trajo una nueva cultura con sabores particulares en la música, poesía, cocina y... la moda.
¿Y cómo hacían las damas de la última dinastía china para estar siempre a la última moda?
Engalanarse
Las mujeres manchúes llevaban vestidos largos llamados qipao (se pronuncia "chi - paow"). Estos vestidos tenían espléndidos adornos en los cuellos, dobladillos y tajos, y estaban hechos de raso o de seda. En el invierno, al qipao se le agregaba algodón o piel, así que esta prenda se usaba durante todo el año.
Los qipao estaban diseñados en un estilo modesto, como para mostrar solo las manos, la cabeza y los pies; caían rectos hacia abajo o apenas se ensanchaban en forma de A; abajo se usaban pantalones. Con el tiempo, el qipao se hizo más estrecho y con mangas más pequeñas.
Ahora, no hay que confundir el qipao de Manchuria con su nieta, el cheongsam que fue popular durante los años 20. El cheongsam era un vestido de fiesta al estilo de Shanghai que, debido a la influencia occidental, era muy ajustado y casi equivalente a un corsé chino.
Andar con estilo
En el ropero de una dama manchú no podían faltar los zapatos estilo maceta. Cada zapatilla estaba bordada con exquisitos diseños florales y como suela tenía una especie de pedestal (por esto el nombre de “maceta”). Lo mejor de todo es que estos “zapatos de taco” venían en todas las tallas, lo que significa que las mujeres manchúes no tenían que vendarse los pies.
El remate
Por último, pero no menos importante, las mujeres de la aristocracia iban coronadas con elaborados tocados. Estos sombreros en forma de abanico estaban forrados en seda o terciopelo, se adornaban con borlas y flores y luego se fijaban a la parte posterior del cabello, completando así el estilo de la dinastía Qing. Con sus tiaras manchúes, sus espléndidos vestidos y sus zapatos distintivos, las damas de la Ciudad Prohibida eran formales pero llamativas de la cabeza a los pies.
Probablemente cada amante de la moda sabe que la belleza tiene precio, y para las mujeres de Manchuria, la moda era una restricción. En cuanto se ponían sus tocados y el qipao, debían mantener una postura perfecta. Para mantener el equilibrio sobre sus zapatos de pedestal, tenían que caminar dando pasitos cortitos mientras mecían suavemente sus brazos hacia adelante y atrás. Lo que es más, las damas de la corte tenían que prestar atención a todos sus movimientos para mantener la elegancia.
Sin embargo, las princesas de Manchuria no eran moldeadas para ser modelitos. Después de ensayar y actuar la danza de Manchuria de este año, aprendí que las manchúes eran más que su cabello, sus zapatos y su manera de caminar. Queremos presentar señoritas con sinceridad genuina. Puede ser que como damas Manchuria no hagamos grandes saltos voladores ni movimientos intensos de danza, pero hay un reto abstracto que es aun más difícil de superar. Después de todo, ¿cómo captar ese aire majestuoso y al mismo tiempo ser dulce y no pretenciosa?
Lo más importante es que aprendí que las princesas no son perfectas y que incluso la élite comete errores. En nuestras salas de ensayo hemos tenido nuestras metidas de pata, con borlas enredadas, zapatos que volaban por los aires y niñas tropezando. Sin embargo, en cuanto subimos al escenario, es momento de dejar todo eso atrás. Es un ascenso momentáneo de plebeya a princesa, con 4 minutos para soportar 10 centímetros más de altura, caminar en los zapatos de otro y mirar todo desde una perspectiva "más elevada".
Pero para ser honesta, todavía pienso que la mejor parte de mi día es cuando puedo quitarme esos zapatos.
Alison Chen
Bailarina principal de la Compañía Internacional de Shen Yun
22 de enero de 2014